RECURSOS
SANITARIOS
A diario se trae a colación el tema de
los recortes, y de manera especial de los que afectan a la sanidad, cosa
esencial para cualquier animal sensible que se precie, y los humanos lo somos,
que yo sepa. Pero uno echa en falta que los y las que protestan no incluyan en
sus reflexiones –al menos yo no lo percibí– la posibilidad de `reorientar´
ciertos recursos sanitarios: se quitan de aquí y se ponen ahí. ¿De dónde quitarlos? Esta es una buena
pregunta. De aquellos escenarios donde gente egoísta se divierte a costa del
malestar ajeno y animal, por ejemplo. No sé si esta es una buena respuesta,
pero al menos me parece de momento razonable.
Cada mañana nos desayunamos desde hace
unos días con una carrera alocada de mozos y morlacos: borrachos de adrenalina
aquellos, aterrorizados estos. Porque
los toros que corren los encierros de San
Fermín están cagados de miedo, por si alguien aún no se ha dado cuenta. Si
no, ¿de qué van a ir en dócil manada, pudiendo escorarse en cualquier punto del
recorrido y ensartar a unos cuantos “valientes” cual pincho moruno? Aterrorizados,
insisto. La cosa no tiene otra explicación, y si nos empeñamos en encontrarla
lo que estaremos haciendo es maquillar el escenario para que parezca lo que no
es. Estrategia muy “humana”, por cierto.
Hace unos días, cierta entidad animalista proponía que no se
atienda a los heridos que lo sean por participar motu proprio en los encierros. Así de claro. Que se les abandone
allí, en el recodo de Estafeta o bajo la talanquera de turno, donde les toque la
desdicha, como de hecho se abandona a su suerte a los toros en la plaza esa
misma tarde, entre estertores y vómitos de sangre, ahogándose en sus propias
babas ante un graderío borracho, este de vino agrio e insensibilidad manifiesta.
Por supuesto, es una propuesta provocativa; pero se trata de una “provocación
didáctica”, por lo que me cuentan.
¿Qué
opinan ustedes? ¿Creen que con la que está cayendo –¡y aunque escampe y salga
un refulgente sol para los restos, qué demonios!– podemos permitirnos el lujo
de atender a unos tipos a los que poco o nada les importa el sufrimiento de los
toros si ellos pasan un buen rato (¡apenas unos segundos!)? Hay gente que
cree que esto no puede ser. Que no es de recibo destinar una sola tirita, un
solo chorro de Betadine, un solo centímetro
de sutura a un herido de estos mientras medio país sufre –en mayor o menor
medida, pero desde luego en alguna– unos recortes que se mitigarían con la
propuesta mencionada.
¡Hala,
a opinar, que es un ejercicio la mar de sano!
© julio 2014
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