viernes, 20 de marzo de 2015

C

LOS DOSCIENTOS DE CERVELLÓ

 



El Santuario de Cervelló (BCN) vive una situación de extrema necesidad. Sí, ya sé que es el caso de muchas iniciativas similares en todo el Estado. Pero la urgencia general no aliviará a sus inquilinos.

Desde el pasado 1 de diciembre, la Fundación Altarriba (propietaria de las instalaciones) cedió su gestión a la asociación DAYA, que se ocupa desde entonces de los animales residentes: más de doscientos entre perros y gatos. Muchos de ellos padecen dolencias crónicas, con lo que esto supone de gastos veterinarios. Y otros son ya viejecitos, razón de más Para que sus cuidadoras deseen ofrecerles la mayor calidad de vida en su última etapa vital. ¡Se lo merecen!

La cuestión es que, con motivo del traspaso, una parte significativa de la masa social, cuyas aportaciones sustentaban el proyecto, se esfumó, quizá creyendo –erróneamente– que, como tal, tocaba a su fin. Pero, por fortuna, el proyecto continúa adelante. Allí se siguen moviendo colas y permanece intacta la ansiedad por una caricia en el lomo. Porque sus peludos residentes, como buenos perros y gatos, apenas requieren para ser felices la compañía y amistad de las personas que desde hace años les atienden.

Quienes llevamos en el ajo alguna que otra década sabemos bien que el manejo de este tipo de “familias numerosas” no siempre se hace desde el deseado equilibrio entre racionalidad y corazón. Me consta que no es el caso. Estoy seguro de que la defensa de los animales con los pies en el suelo es algo cada vez más común, por suerte para los defendidos. Y creo que un buen ejemplo es DAYA y sus responsables.

Pues sí, en efecto… Si acaso no ha quedado claro en lo que va de artículo, lo que necesitan es apoyo económico. ¿Qué si no? Porque aquí no hay truco que valga: por mucho empeño que se ponga, poco puede hacerse sin fondos en la cartilla.

Ustedes perdonarán la cursilería, pero justo ahora que llega la primavera, quizás sea un buen momento para rascarnos el bolsillo y encima dormir con la conciencia [aún más] tranquila. Echemos a esta gente una mano. ¡O dos!



 [*] Escribí este artículo para el magacín digital AllegraMag.


( marzo 2015


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